El Catecismo en preguntas y respuestas

11. De la historia del cristianismo

En Pentecostés surgió en Jerusalén la primera comunidad cristiana (cf. Hechos 2:37 ss.) formada solamente por judíos. Debido a las persecuciones, muchos creyentes huyeron de Jerusalén (cf. Hechos 8:1; 11:19). En su nuevo entorno anunciaron el Evangelio, que también allí halló fe. Así fueron surgiendo comunidades cristianas en otros lugares.

Al principio los Apóstoles partieron de la base de que el Evangelio debía ser difundido solamente entre los judíos, pero Dios dejó en claro al Apóstol Pedro a través de una visión que el Evangelio también estaba dirigido a los gentiles (cf. Hechos 10 y 11).
En la asamblea de Apóstoles de Jerusalén se definieron temas relativos a la misión entre los gentiles y al significado de la ley mosaica para los gentiles bautizados (cf. Hechos 15:1-29). Tales decisiones contribuyeron para que las comunidades cristianas finalmente se desligaran de muchas tradiciones de la fe judía.

Gentiles: ver explicación de la pregunta 256. Ley mosaica: ver preguntas 272. ss.

Por medio de una “visión” Dios muestra en casos particulares a personas elegidas por Él cuál es su voluntad. Tales visiones son llamadas también “aparición” o “alucinación”.

Principalmente el Apóstol Pablo proclamó el Evangelio a los gentiles. Para ello viajó, en parte junto con el Apóstol Bernabé, a la actual Turquía, a Grecia, Chipre y finalmente también a Italia.

En Antioquía se llamó por primera vez cristianos a los discípulos de Jesús (cf. Hechos 11:26).

Es probable que los Apóstoles hayan estado activos hasta fines del siglo I después de Cristo. Juan es considerado el último Apóstol de la Iglesia del primer tiempo. Luego comenzó un tiempo en el que aunque el ministerio de Apóstol siguió existiendo, no había portadores de ese ministerio. Recién en el siglo XIX hubo nuevos portadores del ministerio de Apóstol.

Nuevos portadores del ministerio de Apóstol: ver pregunta y explicación de la pregunta 450. Continuidad del ministerio de Apóstol: ver preguntas 447. ss.

El Espíritu Santo se ocupó de que se llevase a cabo una compilación coherente de los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento (canon).
Por la actividad del Espíritu Santo, en las primeras asambleas de la Iglesia (concilios) pudieron ser formulados muchos importantes fundamentos de la doctrina cristiana. Forman parte de ellos, por ejemplo, que Dios es trino, que Jesucristo es verdadero hombre y verdadero Dios, así como el reconocimiento del significado decisivo del sacrificio de Jesús y su resurrección para la salvación y redención del hombre.
Además, debe ser atribuido a la actividad del Espíritu Santo en el curso de los siglos el hecho de que la fe cristiana pudiese extenderse por todo el mundo.

Biblia, canon: ver preguntas 12. ss. Concilio: ver explicación de la pregunta 33. Trino Dios: ver preguntas 61. ss. Dos naturalezas de Jesucristo: ver preguntas 103. ss.

La salvación se transmitía ante todo predicando el Evangelio y dispensando el Santo Bautismo con Agua.

Salvación: ver preguntas 243. ss.

Lo que había comenzado con el apedreamiento del Diácono Esteban, se transformó en olas de persecuciones: muchos cristianos perdieron la vida a causa de la fe. Se convirtieron así en mártires.
A pesar de las persecuciones y muchas otras dificultades, la fe cristiana se difundió por todo el Imperio Romano.

Mártires: ver explicación de la pregunta 394.

El anuncio original de los Apóstoles fue transmitido y continuado por los “Padres apostólicos”. Se trató de Doctores de la Iglesia con gran influencia, entre los que estaban Clemente de Roma (fallecido alrededor de 100), Ignacio de Antioquía (fallecido alrededor de 115), Policarpo, Obispo de Esmirna (nacido alrededor de 69, fallecido alrededor de 155) y Papías de Hierápolis (nacido alrededor de 70, fallecido alrededor de 130/140). Su deseo fue defender la fe cristiana de los paganos y los judíos, y preservar los fundamentos de la doctrina cristiana.
Una personalidad decisiva para la Iglesia fue Atanasio el Grande (alrededor de 295 hasta 373). Bajo su influencia fue formulada en el año 325 la Confesión de fe de Nicea.

Los “Padres de la Iglesia” eran eruditos que después de los “Padres apostólicos” formularon muchas verdades cristianas fundamentales. Entre ellos estaban Ambrosio de Milán (339 a 397), Jerónimo (347 a 420) y Agustín de Hipona (354 a 430).

Después de los difíciles tiempos de persecuciones, el emperador romano Constantino el Grande proclamó en el año 313 la libertad de culto para los cristianos.
En el año 381, el emperador Teodosio convirtió al cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano. Prohibió adorar a dioses paganos.

“Libertad de culto” significa que las personas pueden elegir, confesar y practicar su religión y su ideología libremente.

Durante el período de las migraciones (siglos IV y V), el cristianismo se hizo más fuerte en Europa y Asia.
El monasticismo, surgido en el siglo III primeramente en Egipto, cumplió un papel particular en la propagación del cristianismo. Una de las principales funciones de los monjes era vivir en la pobreza siguiendo el ejemplo de Jesús y difundiendo la fe cristiana. En la Edad Media, los monjes y las monjas hicieron aportes destacados a las ciencias y se dedicaron a la agricultura y a temas sociales.
Cada vez más en Europa el cristianismo fue la fuerza determinante en la vida de las personas, así como de la cultura, la política y la sociedad.
En el año 1054 se produjo un cisma, separándose la Iglesia del Oeste (Católica Romana) y la Iglesia del Este (Ortodoxa).

El monasticismo es una forma de vida en la que, apartado de lo mundano, se procura dedicar su vida totalmente a la religión. Pertenecen al “monasticismo” tanto hombres (monjes) como mujeres (monjas).

A partir del siglo VII, los cristianos se tuvieron que enfrentar en partes de Asia, África y también de Europa con una nueva religión, el islamismo. Muchas regiones se perdieron para la fe cristiana, por ejemplo el Cercano Oriente y el norte de África.
Se llegó a contiendas, por ejemplo en las Cruzadas. Estas tuvieron lugar entre 1095 y 1270 en Oriente. Su finalidad fue conquistar Jerusalén y la Tierra Santa para el cristianismo.

El islamismo es la más joven de las grandes religiones mundiales. Fue fundada por Mohammed en el siglo VII después de Cristo. El islamismo enseña la fe en un Dios, el cual sin embargo no es trino. Jesús es para ellos un profeta. La Sagrada Escritura del islamismo es el Corán.
Cruzadas: Palestina con Jerusalén estaban bajo el dominio islámico. Entre los siglos XI y XII, los Papas convocaron a recuperar esa región para el dominio cristiano. A las expediciones militares se las llamó “Cruzadas” y a los combatientes “cruzados” debido a que se peleaba en el nombre y en honor de la cruz de Cristo.

En la Edad Media la secularización se difundió cada vez más dentro de la Iglesia. La fe y la doctrina fueron perdiendo valor. Esto se debió a que ya no había una orientación clara en el Evangelio.
Así pues, fueron en aumento los esfuerzos por una Reforma de la Iglesia, la cual fue impulsada, por un lado, por el monasticismo y por el otro, por algunos varones como el francés Pedro Valdo (1140 a 1218), el teólogo inglés Juan Wiclef (1330 a 1384) y el rector de la universidad de Praga, Juan Hus (1369 a 1415). Todos ellos eran críticos consistentes de la Iglesia secularizada. Los movimientos que ellos iniciaron y sostuvieron, llegaron a amplias partes de Europa y condujeron finalmente a la Reforma.

La Reforma (del latín “reformatio”: restauración, renovación) es un movimiento religioso revivalista iniciado en Europa que se basa en el deseo de volver a centrarse en el Evangelio.
Se halla muy vinculado al monje alemán Martín Lutero (1483 a 1546). Según su convicción, el único fundamento de la doctrina debía ser el testimonio bíblico sobre Jesucristo. Lutero tradujo la Biblia de los idiomas hebreo y griego al alemán, haciéndola accesible al pueblo.
En 1534 surgió en Inglaterra, en forma independiente, la Iglesia nacional Anglicana.

Además de Martín Lutero de Wittenberg fueron los reformadores Ulrico Zwinglio (1484 a 1531), que estuvo activo en Zúrich, y Juan Calvino (1509 a 1564), quien comenzó un movimiento reformado independiente en Ginebra.

Como reacción a la Reforma, el concilio de Trento (desde 1545) inició una renovación de la Iglesia preparando el suelo para la Contrarreforma. Esto produjo un nuevo afianzamiento del papado.

Se llama “Contrarreforma” al movimiento contrario a la Reforma impulsado por la Iglesia Católica Romana.

En el curso de los conflictos entre protestantes y católicos, se desató en Europa la Guerra de los Treinta Años (1618 a 1648), que sirvió, entre otras cosas, para fortalecer la influencia que el Estado ejercía sobre la Iglesia. El soberano determinaba para sus súbditos la pertenencia religiosa.

Se llama “protestantes” a los seguidores de la Reforma.

En el siglo XVIII, la fe cristiana se vinculó cada vez más con el pensamiento que consideraba al entendimiento humano como el único parámetro (“Ilustración”). Como reacción a ello ganó mayor influencia el pietismo, un movimiento dentro de la Iglesia reformada. Los pietistas impulsan un estudio intensivo de la Biblia, así como el compromiso social y misionero.

Misionero, misión: ver explicación de la pregunta 393.

En el siglo XIX se hizo el intento de volver a ganar para el Evangelio a personas que se habían distanciado de la fe cristiana por la pobreza y la ignorancia (“misión interna”). Además se fundaron “sociedades misioneras”, que se ocuparon de seguir propagando el cristianismo en países no europeos, ante todo en África.

De gran importancia –ante todo dentro del protestantismo en Inglaterra y los EE.UU.– fueron los llamados “movimientos revivalistas”: algunos cristianos creyentes convocaban a salir de un “cristianismo por costumbre” para regresar a la fe cristiana viva. Este llamado a centrarse en el Evangelio muchas veces se vinculaba con la esperanza en el retorno de Cristo.
Estos son los antecedentes históricos, en los cuales Dios preparaba la nueva actividad de los Apóstoles.

Entre 1826 y 1829 se reunieron hombres creyentes en Albury (al sur de Inglaterra) para una serie de conferencias a fin de ocuparse juntos del Apocalipsis de Juan. Tales conferencias se realizaban por invitación del banquero Henry Drummond (1786 a 1860) en gran cooperación con Edward Irving (1792 a 1834), quien era sacerdote de la Iglesia nacional de Escocia. Los participantes de las conferencias querían buscar claridad en enunciados bíblicos sobre el obrar del Espíritu Santo y el retorno de Cristo.
También en Escocia había creyentes de diferentes confesiones que esperaban un incremento en la actividad del Espíritu Santo. En 1830 hubo entre ellos muchas curaciones de enfermedades, hablar en lenguas (hablar en idiomas desconocidos) y profecías.
En otoño de 1832, John Bate Cardale (1802 a 1877) fue llamado en Londres como Apóstol por el Espíritu Santo, siendo designado como tal por Henry Drummond. A partir de septiembre de 1833 fueron llamados por profecías otros once Apóstoles. Las profecías fueron pronunciadas ante todo por el profeta Oliver Taplin (1800 a 1862).

En 1835 los Apóstoles se recluyeron por un año en Albury para intensivas consultas entre ellos. Elaboraron el “Gran Testimonio” (1837), un documento confesional que fue enviado a todos los líderes espirituales y mundanos de la cristiandad.
En el Testimonio, los Apóstoles convocaron a los cristianos a reunirse bajo su conducción para prepararse para el retrono de Cristo. Por lo tanto, no se proponían fundar una nueva Iglesia, sino juntar bajo la conducción de los Apóstoles a las diferentes Iglesias existentes.
Sin embargo, la mayoría de los cristianos no aceptó el llamado de los Apóstoles. Los pocos cristianos que tuvieron fe en los Apóstoles, se unieron en una nueva Iglesia, la Iglesia Católica Apostólica.

Los primeros Sellamientos, que entonces eran llamados “imposición de manos apostólica”, tuvieron lugar en 1847 en Inglaterra, Canadá y Alemania.

En el año 1855 murieron tres Apóstoles. Los profestas Edward Oliver Taplin y Heinrich Geyer (1818 a 1896) nombraron a sucesores en el ministerio de Apóstol. Estos llamamientos, sin embargo, no fueron reconocidos por los demás Apóstoles. Ya no fueron ordenados nuevos Apóstoles.
Esta forma de ver finalmente tuvo como consecuencia que en la Iglesia Católica Apostólica después de la muerte del último Apóstol, el Apóstol Francis V. Woodhouse en el año 1901, ya no hubiese Apóstoles. Tampoco se ordenaban más siervos.

El 10 de octubre de 1862 fue designado como Apóstol en Königsberg el Pastor Rudolf Rosochacky (1815 a 1894), dirigente de la comunidad católico-apostólica local, por el profeta Geyer. Los Apóstoles de la Iglesia Católica Apostólica no reconocieron ese llamamiento.
Sin embargo, el profeta Geyer y el dirigente de la comunidad católico-apostólica de Hamburgo, Friedrich Wilhelm Schwartz (1815 a 1895), estaban convencidos de que ese llamamiento era obra del Espíritu Santo.
La comunidad de Hamburgo reconoció el 4 de enero de 1863 el llamamiento del Apóstol y por esa razón fue excluida de la Iglesia Católica Apostólica.
Por consiguiente, enero de 1863 debe determinarse como el comienzo de la Iglesia Nueva Apostólica.
Incluso cuando el Apóstol Rosochacky poco después renunció a su ministerio, Geyer, Schwartz y la comunidad de Hamburgo siguieron sosteniendo que había ocurrido un llamamiento divino.

El Pastor Carl Wilhelm Louis Preuss (1827 a 1878) y un poco más adelante Friedrich Wilhelm Schwartz fueron llamados como Apóstoles. El Apóstol Preuss trabajó en el norte de Alemania, mientras que al Apóstol Schwartz le fueron asignados como área de actividad los Países Bajos.
El llamamiento de otros Apóstoles siguió en poco tiempo más. La comunidad recientemente formada se autodenominaba “Misión General Cristiana Apostólica”.
En el año 1872, Friedrich Wilhelm Menkhoff (1826 a 1895) fue llamado como Apóstol para Westfalia y Renania. En 1884, el Apóstol Menkhoff fundó en Alemania la primera revista de la Iglesia, titulada “El Heraldo”. Bajo su influencia, el Apóstol Schwartz, comenzando en su área de actividad, dejó de lado la vestimenta litúrgica y muchos elementos tomados de la Iglesia Católica Apostólica. En el año 1885 fueron adoptados estos cambios por todas las demás comunidades.

Llamamos “liturgia” a las determinaciones que establecen cómo debe ser el desarrollo del Servicio Divino.

Para diferenciarse de las comunidades católico-apostólicas, las comunidades que surgieron a partir de 1863 pronto comenzaron a llamarse en la literatura “comunidades nuevoapostólicas”. En 1907 surgió el nombre oficial de “Comunidad Nueva Apostólica” y a partir de alrededor de 1930 “Iglesia Nueva Apostólica”.

Hacia fines del siglo XIX el ministerio de Apóstol se fue destacando más y más en la Iglesia como ministerio central con amplia autoridad. Al mismo tiempo la importancia del ministerio de profeta fue decreciendo. Desde fines de los años 1920, ya no hay profetas activos en las comunidades.

En 1881, Friedrich Krebs (1832 a 1905) de Braunschweig (Alemania) fue llamado como Apóstol. Después de la muerte de los Apóstoles Schwartz y Menkhoff se hizo cargo de la función de dirigir la Iglesia. Su mayor deseo fue la unidad entre los Apóstoles. A partir de 1897 se fue conformando el ministerio de Apóstol Mayor. Friedrich Krebs fue el primer Apóstol Mayor en el sentido actual.

  • Hermann Niehaus (1848 a 1932: Apóstol Mayor de 1905 a 1930)
  • Johann Gottfried Bischoff (1871 a 1960: Apóstol Mayor de 1930 a 1960)
  • Walter Schmidt (1891 a 1981: Apóstol Mayor de 1960 a 1975)
  • Ernst Streckeisen (1905 a 1978: Apóstol Mayor de 1975 a 1978)
  • Hans Urwyler (1925 a 1994: Apóstol Mayor de 1978 a 1988)
  • Richard Fehr (1939 a 2013: Apóstol Mayor de 1988 a 2005)
  • Wilhelm Leber (nacido en 1947: Apóstol Mayor de 2005 a 2013)
  • Jean-Luc Schneider (nacido en 1959: Apóstol Mayor desde 2013).