El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

12.1.7.2.10 “Amén."

La palabra “amén", cuyo origen es hebreo, significa traducida: “¡Así sea!". Concluye con ella el Padrenuestro, reafirmando una vez más cada petición y afirmación presentadas ante Dios en esta oración.

EXTRACTO

Con la oración del “Padre Nuestro" Jesús brindó un ejemplo de cómo debe orarse a Dios. (12.1.7)

Es la única oración que la comunidad pronuncia conjuntamente en el Servicio Divino con un texto establecido – según Mateo 6:9-13 –. Se la ora en vinculación con el perdón de los pecados y el festejo de la Santa Cena. (12.1.7.1)

Después de la invocación de Dios siguen las peticiones. El final lo constituye una alabanza a Dios. (12.1.7.2)

Los creyentes santifican el nombre de Dios, glorificándolo y esforzándose en vivir conforme a su voluntad. (12.1.7.2.2)

La petición “Venga tu reino" se refiere a que en el presente el Señor sea percibido cada vez más en la comunidad. Además, alude a la manifestación del futuro reino de Dios, el cual comenzará con las bodas en el cielo. (12.1.7.2.3)

“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" expresa que Dios también sobre la tierra realice todo conforme a su voluntad. Los creyentes piden que ya hoy logren obrar conforme a la voluntad de Dios. (12.1.7.2.4)

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". Con ello se pide por todo lo que necesita el hombre. En sentido amplio, esta petición tiene por objetivo la preservación de la creación. (12.1.7.2.5)

“Perdónanos nuestras deudas": con ello los creyentes se profesan ante Dios como pecadores y ruegan por su gracia.“... como también nosotros perdonamos a nuestros deudores": para recibir el perdón, es importante perdonar a aquellos que han sido injustos con nosotros. (12.1.7.2.6)

La petición de no ser llevado a la tentación significa que Dios ayude a resistir al pecado y que Él evite que las pruebas de fe sean demasiado severas. (12.1.7.2.7)

“Líbranos del mal" expresa el deseo de que Dios libere de las tribulaciones que llevan a pecar y que finalmente conceda la liberación definitiva del maligno. (12.1.7.2.8)

Alabando a Dios se le brindan honras al Altísimo. (12.1.7.2.9)

Cada petición y afirmación es reafirmada con “amén", en el sentido de “¡así sea!", al final de la oración. (12.1.7.2.10)