El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica

12.1.7.2.8 “...mas líbranos del mal."

La petición “Líbranos del mal" expresa el deseo de que Dios libere de las tribulaciones que llevan a pecar. Además, el mal, del cual pedimos que Dios libre, es todo lo que emana de Satanás. Finalmente, es la liberación definitiva del maligno mismo.

A través de su sacrificio, Jesucristo hizo posible la redención. En el Hijo de Dios tenemos “redención [...], el perdón de los pecados" (Col. 1:14). La redención es un proceso continuo, que al final conduce a la completa liberación de todo derecho de Satanás. Recién entonces la redención será completa.