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El Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica
- Índice
- 12.1.7.2.1 “Padre nuestro que estás en los cielos."
- 12.1.7.2.2 “Santificado sea tu nombre."
- 12.1.7.2.3 “Venga tu reino."
- 12.1.7.2.4 “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra."
- 12.1.7.2.5 “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy."
- 12.1.7.2.6 “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores."
- 12.1.7.2.7 “Y no nos metas en tentación..."
- 12.1.7.2.8 “...mas líbranos del mal."
- 12.1.7.2.9 “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos."
- 12.1.7.2.10 “Amén."
12.1.7.2.2 “Santificado sea tu nombre."
Dios, el Trino, es santo. Los creyentes hablan de Él con profunda reverencia. Dando toda honra a Dios, alabándolo y glorificándolo, y esforzándose en vivir conforme a su voluntad, contribuyen para santificar su nombre. La oración del “Padre Nuestro" recuerda el segundo mandamiento (ver 5.3.3) y hace posible santificar conjuntamente el nombre de Dios a través de palabras e inclinarse con temor de Dios y humildad ante la grandeza del Eterno.
En el nuevo pacto, Dios reveló su nombre en su Hijo: Jesucristo. Este nombre debe mantenerse santo; es el nombre “en que podamos ser salvos" (Hch. 4:10 y 12; comparar con Fil. 2:9-11).