El Catecismo en preguntas y respuestas

170. ¿Cómo le fue a Jesús ante Pilato y Herodes?

Después de que Jesús fue condenado por el concilio –la máxima autoridad en Judea–, fue interrogado por el gobernador romano Poncio Pilato. Este era competente ya que en ese entonces los judíos estaban dominados por los romanos. Pilato declaró inocente a Jesús y lo entregó a Herodes (con el apodo Antipas), el rey de los judíos. Ya que los judíos tenían prohibida la ejecución de la pena de muerte por parte de los romanos, Herodes volvió a enviar a Jesús a Pilato. Este hizo azotar a Jesús. El pueblo exigía la crucifixión de Jesús y lo culpaba de haberse levantado como el “Rey de los judíos” en contra del emperador romano. Esto era castigado con la pena de muerte (cf. Juan 19:12).
Pilato creía conocer un camino para dejar a Jesús en libertad: ya que en la fiesta de Pascua podía indultarse a un condenado, debía decidir el pueblo, si dejar libre a Jesús o al malhechor Barrabás. El pueblo, instigado por los sacerdotes y ancianos, eligió a Barrabás. A fin de expresar que él no era responsable de lo que vendría, Pilato se lavó las manos delante del pueblo y dijo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo …” (Mateo 27:24). Hizo azotar nuevamente a Jesús y lo entregó a los soldados para ser crucificado.

El nacimiento de Jesús tuvo lugar durante el período de gobierno de Herodes I. Cuando Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, gobernaba en Galilea Herodes Antipas, hijo de Herodes I. En la antigüedad, los azotes eran un castigo físico y un método de tortura, por el cual la gente era martirizada por sus verdugos con látigos, varas o una caña. Los Evangelios informan de los azotes a los que fue sometido Jesús y en los Hechos de los Apóstoles se informa de azotes que tuvieron que soportar los Apóstoles.