La liturgia proporciona la estructura fija en la que se desarrolla todo el Servicio Divino de manera uniforme y solemne. Los componentes que se repiten en el desarrollo de un Servicio Divino tienen, entre otras cosas, la función de dejar clara la dedicación constante y fiable de Dios al ser humano. De este modo, el asistente al Servicio Divino puede sentirse seguro de la fidelidad inmutable de Dios. Además, la liturgia le brinda seguridad en sus acciones al portador de ministerio encargado de dirigir el Servicio Divino.

En la Iglesia Nueva Apostólica hay dos formas de Servicio Divino: el Servicio Divino regular [con dispensación de Sacramento] y el Servicio Divino de palabra [sin dispensación de Sacramento].

La liturgia es vinculante. Los textos litúrgicos que a continuación aparecen en cursiva no pueden ser modificados. Pueden ser dichos con los ojos abiertos.