El anuncio de la palabra en los Servicios Divinos es de gran importancia. La alegría por el retorno de Jesús y el Evangelio, así como el amor a Dios y al prójimo, deben estar en primer plano. Para los participantes del Servicio Divino debe ser posible poner en práctica en su vida cotidiana las indicaciones concretas de la prédica.

Los portadores de ministerio deben servir en el Servicio Divino con humildad, para alabanza y gloria de Dios, utilizando expresiones faciales, gestos, palabras y frases adecuadas. El obrar del Espíritu Santo debe ser tangible y perceptible.

Escuchar será más fácil si la prédica está estructurada con una introducción, una parte principal y una conclusión, y, dado el caso, un resumen. Por la introducción, los oyentes deben sentirse aceptados y bienvenidos. En la parte principal se interpreta la palabra bíblica. El mensaje del Servicio Divino debe ser claramente reconocible. Al final de la prédica, los siervos oficiantes pueden resumir los contenidos esenciales.